Parte IConocí a Dios el otro día. Sé lo que estás pensando. ¿Cómo rayos sabes que es Dios?
Bueno, voy a explicar a medida que avanzamos, pero en el fondo, él me convenció por tenerlas todas, y me refiero a TODAS, las respuestas. Cada pregunta que le arrojaba, la bateaba de vuelta con una respuesta plausible y satisfactoria. Al final, era más fácil aceptar que él era el dios que otra cosa.
Lo que es extraño, porque todavía soy un ateo y que incluso estoy de acuerdo en eso.
Todo comenzó a las 8:20, en Paddington. Me compré un asiento de ventanilla agradable, sin gritos de mocosos, delincuentes, borrachos ni metiches. Ni siquiera un teléfono móvil a la vista. Me senté y leí el periódico. Él caminaba cerca.
¿Que qué aspecto tiene?
Bueno, no lo que usted podría haber esperado, eso es seguro. Tendría casi los 30, llevaba unos pantalones de mezclilla y camiseta con gorro. Definitivamente casual. Parecía que podía haber sido un trabajador social o tal vez un programador de computadoras como yo.
‒¿Está ocupado este asiento?‒ dijo.
‒No, puede sentarse‒ le contesté.
Se sentó, se relajó, no hice caso, y de nuevo continué leyendo sobre la correspondencia relativa de los alimentos genéticos en la cadena alimentaria…
El tren comenzó su partida y unos minutos más tarde comenzó la conversación.
‒¿Puedo hacerle una pregunta?
Luchando por contener mi ceja izquierda respondí ‘Sí’ en un tono que pretendía expresar que no quería contestarle una pregunta, y con carácter complementario, que realmente no estaba de humor para una conversación…
‒¿Por qué no cree en dios?
¡Ése bastardo! Me encanta este tipo de conversación y puedo estar durante horas sinsentido de las creencias teístas. ¡Pero tenía que estar en el estado de ánimo! Es como cuando un testigo de Jehová llama a tu puerta 20 minutos antes de que usted pudiera disponer que le retiraran una muela del juicio. Por mucho que deseé realmente, amo permanecer en esta clase de conversaciones, incluso podía comenzar la diversión. Y sabía, que si yo daba mi respuesta de siempre, todavía estaríamos discutiendo aún cuando llegáramos a Cardiff. Pero no estaba en el estado de ánimo. Necesitaba quitármelo de encima.
Pero entonces pensé: “¡Qué extraño! ¿Cómo es que este perfecto desconocido está seguro y en lo correcto de que soy ateísta?”. Si hubiera estado conduciendo mi coche, no habría sido un misterio, pues tengo el pescado de Darwin en la parte posterior de la vehículo: el antídoto para que los peces cristianos lo vieran y huyeran por todas partes. Así que cualquiera que lo viera podría comprender y habría adivinado mis creencias. Pero yo estaba en un tren y no estaba usando mi playera Darwinista con la frase “Evolucionar”.
‒¿Qué te hace tan seguro de que yo no creo?‒ pregunté.
‒Porque‒ dijo, ‒yo soy Dios y usted no me tiene miedo.
Tendrán que tomar mi palabra, pues creo que hay otras formas en que uno puede decir una línea como la que la mayoría haría en altavoz, como un candidato postulándose para una institución, o por lo menos como una expresión artística, incluso algunos de los cuales podría ser interpretado como un simple entretenimiento.
Siendo un “hecho indiferente” es una tarea difícil argumentar lo que acababa de decir, pero así lo dijo con seguridad. Nada en su tono o actitud me pareció fuera de lugar ni extravagante. Al menos para esa declaración. Me lo dijo porque él creía verdaderamente lo que decía y su racionalidad no parecía ser inducida por drogas ni por el resultado de una crisis mental.
‒¿Y por qué debo creer eso?‒ pregunté con cierto aire de interés hipócrita.
‒Bueno‒ dijo, ‒¿por qué no me preguntas algo? Cualquier cosa que te guste, y ver si las respuestas satisfacen tu mente escéptica.
Pensé que sería una breve conversación, después de todo.
‒Dígame, ¿quién soy yo?‒ pregunté.
‒Stottle. Harry Stottle, 10 de agosto de 1947, Bristol, Inglaterra. Padre Pablo, la Madre María. Educado duque de Escuela Real Militar de Yorks, 1960-1967, de Sandhurst y Oxford, doctor en Exobiología, cantante de rock reprimido, activista de tiempo completo durante 10 años, que después fue empleado de programador informático, autor web y aspirante a filósofo. Casado con Michelle, ciudadana estadounidense, que tiene dos hijos de un matrimonio anterior. Estás volviendo a casa después de lo que parece haber sido una exitosa reunión con un inversor interesado en su producto, que se propone el seguimiento de la falsificación de software con sistema anti-robo y de protocolo, se comió un desayuno inglés completo en el hotel esta mañana, excepto que, como de costumbre, pidió que le cambiaran las salchichas repugnantes americanas a cambio de darle el clásico tocino inglés.
Hizo una pausa.
‒No estás convencido. Hmmm… ¿Qué haría falta para convencerte? ¿Me puede dar su permiso para que tenga una relación telepática?
‒¿Usted necesita mi permiso?‒ pregunté sorprendido y escéptico a la vez.
‒Técnicamente, no. Éticamente, sí.
A pesar de que pensaba que había jugado muy bien su falso papel le dije, ‒bien, usted tiene mi permiso. Así que convénzame.
‒¡Oh, muy bien! Entonces déjame decirle su contraseña más secreta, que es ‘asociación’.
Un hacker serio podría ser capaz de obtener la contraseña pero nadie más, y me refiero a NADIE, conoce que es ‘asociación’. Y él lo hizo.
Entonces, ¿cómo es que había adivinado?
Lancé un par de preguntas más acerca de mí, relativamente insignificantes, pero sin conocerse los detalles de mi vida; como lo que mi madre dice fue la primera palabra que dije, al parecer “armadillo” (no pregunten por qué). Pero después de algunas preguntas y respuestas, ya estaba muy convencido… Sabía que sólo había tres explicaciones posibles a lo que había pasado.
Posibilidad uno: tal vez yo estaba soñando, alucinando o hipnotizado. Nadie experimentó conmigo, a la vez creo que fue mi sentimiento dominante que me llevó a ese estado. No se sentía real en ése momento, más bien era como si estuviera en una obra de teatro: yo en mis líneas y aquel perfecto extraño en las suyas. Pero desde su aparición cuando pidió sentarse a mi lado, hasta ahora, continúan los recuerdos vívidamente detallados, entonces debo estar alucinando hasta ahora. Entonces estoy obligado a rechazar la hipótesis de la alucinación. Lo cual deja a otras dos.
Posibilidad dos: podría haber sido una verdadero telépata. No existe evidencia documentada de que alguien alguna vez alguien había tenido tal capacidad profunda, por lo menos hasta la fecha. Sin embargo era una posibilidad. Se habría explicado cómo podía saber mis más guardados secretos. El problema con esto es que no explica nada más. En particular, no tiene argumento para las respuestas que él procedió a dar, después de decir mis preguntas.
Como Sherlock Holmes dice “cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad”. Buena frase empirista, Sherlock.
Finalmente me vi obligado a aceptar por la remota posibilidad de que este hombre era quien decía ser. Pero cuando me convencí de que él era quien decía, me acosaba un sentimiento que no puede describirse más que con una pregunta.
¿Y ahora qué haces?
Bueno, siempre he sabido que si conocía Dios le formularía un millón de preguntas, así que pensé, ‘¿por qué no preguntar?’ y permití que sucedieran las cosas como debía ser. Para poder continuar tendrás que dejarme explicar lo que ocurrió tal cual ocurrió. Podría ser, permítanme decir, preguntas de una ocurrencia inusual, por no mencionar que eran extrañas. Y sí, estaba nervioso, así que comprendan mi desorden al explicar. Pero al final tal vez entiendan lo que yo he comprendido hasta ahora. Se los garantizo.
Parte II‒ Perdóname si me toma un poco de tiempo para ponerse al día aquí, pero no todos los días puedo hacerle preguntas a una deidad‒ dije.
‒La Deidad‒ interrumpió.
“Ooh. ¡Touché!”, pensé recordando la expresión de los espadachines.
‒En realidad, no, sólo corregía la idea y la expresión‒ dijo después.
¡Vaya que costaba acostumbrarse a eso! No todos los días te leen la mente.
Traté de conseguir un apretón en mis pensamientos con una orden interna: “Harry, disciplina. Tú siempre has querido estar en una situación como esta, ahora en realidad estás en ella, usted no debe entrar en locura ni perder la razón y perder la oportunidad de toda su vida.”
‒No lo hará‒ dijo.
¡Esa es la parte que me hizo sentir más irreal que cualquier otra cosa! Este tipo, sentado en la mesa y obviamente con mucha precisión de la lectura de cada pensamiento mío. ¡Era como encontrar a alguien más metiendo la mano en el bolsillo del pantalón!
Sin embargo, algo (que no había sido simplemente por haber dado a mi “permiso”) me había inclinado a aceptar la ‘invasión’, había empezado a tener cierta confianza en su percepción, o habilidad. Recuerdo claramente el efecto de sus palabras: de repente me sentía muy tranquilo y relajado por completo. El hombre debía tener una técnica de seducción increíble.
Así que fui directo al grano…
‒Es usted humano?
‒No.
‒¿Fue usted, alguna vez?
‒No, pero similar al humano, sí.
‒Ah, entonces usted es un producto de la evolución?
‒Ciertamente, pero principalmente y sobre todo el mío.
‒ ¿Y entonces evolucionó de una especie como la nuestra, basada en los organismos de ADN o algo igualmente viables?
‒Correcto.
‒Entonces, ¿qué exactamente te hace Dios?
‒Por lo que hice.
‒¿Por qué?
‒Parecía una buena idea en el momento.
‒¿Y sus poderes actuales, que son de alguna manera similar a lo que los creyentes supersticiosos de mi especie le atribuyen?
‒Francamente están suficientemente cerca de la idea.
‒¿Así que ha creado todo esto sólo para nosotros?
‒No. Por supuesto que no.
‒ ¿Pero usted ha creado el Universo?
‒Este, sí.
‒¿Pero entonces no es totalmente suyo?
‒¡Este es mío!
‒¡Sabe a qué me refiero!
‒Explicándolo, usted no puede crear sus propios padres, entonces no.
‒Así que permítanme preguntar directamente. Usted es un fenómeno completamente natural, ¿no?
‒Completamente.
‒¿Algo así como un mecanismo que entenderemos algún día y, posiblemente, incluso controlemos?
‒Se sujeta a una objeción sobre “quiénes somos”, “somos nosotros mismos”. Puede ser posible, respondiendo a la pregunta: sí.
‒Lo que significa que si la raza humana no llega a “tu nivel”, ¿puede que otras especies eventualmente lo harán?
‒Eso es correcto.
‒¿Y cuántas otras especies están ahí ya está ahí delante de nosotros?
‒Sorprendentemente pocos: menos de catorce millones.
‒¿¡POCOS!? ¡Vaya! ¿Y cuántos están en o cerca de nuestro nivel?
‒Actualmente, un poco más de 4 millones y medio.
‒¿Entonces tenemos una insignificante importancia en el universo que va en contra de lo que en realidad creemos aquí en el planeta Tierra, hablando en su relación con la raza humana?
‒Un poco menos. Del nivel uno, el nivel que tu especie ha llegado, comienza con la invención de la máquina de volar. El siguiente nivel se alcanza cuando una especie ya no está dominada ni depende de su propia fuente de energía primaria: su sol. Son capaces de prosperar lejos de su planeta natal, o incluso de ningún otro sistema estelar. La humanidad no ha hecho más que la máquina de volar, así que como puedes imaginar, en esa escala, la raza humana está algo cerca de la parte inferior de lo que yo llamo ‘nivel uno’.
‒¿Quiere decir que algún día podremos controlar nuestro propio Sol, como Kardashev y Asimov hablaban en sus narraciones?
‒En realidad es todo lo contrario. Esas son las visiones de una especie en evolución mecánica, que se imaginan que se necesitan máquinas más grandes y mejores, más fuertes y que siempre necesitarán más y más energía para alcanzar el dominio del universo. La verdad es exactamente lo contrario: los más avanzados necesitamos menos energía y además que causen el menor impacto en nuestro medio ambiente. Ustedes, para manipular la materia, requieren enormes cantidades de energía. Nosotros manipulamos la energía, que no requiere tanto esfuerzo. Como consecuencia de ello muchas especies no dejan huellas en el universo, porque no causan ningún tipo de daño, entonces ustedes no podrían reconocer una especie de nivel de dos como una forma de vida inteligente, a menos que ellos se permitan ver.
‒¿Todas estas especies en evolución, son sus ‘niños’?
‒Me gusta pensar que de esa manera.
‒¿Entonces cuál es el punto de todo?
‒En su forma más simple, “la vida debe continuar”. Mi motivación personal es el deseo de optimizar la inteligencia del Universo. En sus propios términos, me esfuerzo para maximizar el placer y minimizar el dolor. Una gran cantidad de placer surge de las comunicaciones entre entidades distintas. Una vez que hayan alcanzado mi nivel, tendemos a dejar de ser miles de millones de entidades distintas y nos convertimos en un sólo conjunto de éxtasis. Una única entidad que no puede morir, a menos que pierda la voluntad de vivir. Son entidades avanzadas y que se conservan a sí mismas, mientras que yo soy, o quizá más exactamente, soy tan avanzado y autónomo que uno de los placeres que tengo en el camino es la de sentir la alegría de la comunión de varios seres, de sentir nuevas mentes, nuevas esencias; o bien, tener el placer de aprender de ellos o de su enseñanza. Por lo tanto, en gran parte, el objetivo del “todo” es proporcionar compañía a todas las identidades, incluyéndolos. Yo soy el primer eterno en este Universo. Y no tengo la intención de ser el último.
‒¿Entonces creó un universo que es potencialmente capaz de producir otros dioses como usted?
‒El beneficio será temporal, pero como la mayoría del éxtasis, vale la pena. Una especie de orgasmo biológico.
‒¿Orgasmo? ¿Entonces el éxtasis es el momento en que nuestro ‘dios interno’ se funde con otro ser, o con usted, y nos convertimos en uno nuevo?
‒No le restes importancia, esa es la visión estática de conducción de todos nosotros, incluyéndome. Cuando sucede un éxtasis dura varias veces más de lo que este universo ha existido. Créeme, realmente vale la pena el esfuerzo.
‒Sí, creo que puedo ver las atracciones de un “orgasmo” de mil millones de años.
‒Lo ves muy físico, porque francamente los seres humanos ni siquiera han empezado a saber cómo disfrutar realmente de los éxtasis, del mayor placer, EL orgasmo. Y ya son capaces de conseguirlos. ¡Esperen a que dominen este sencillo arte!
‒Mencionas mucho la palabra “orgasmo” y suena muy extraño… Entonces, por lo que comprendo, ¿todo es sobre el sexo?
‒Hmmm. No tanto como lo dices, el éxtasis sexual no es más que una recompensa para la procreación, es lo que te hace querer hacerlo varias veces, incluso se hereda. Esto es muy necesario para promover la procreación, y por tanto la evolución biológica. Sin embargo una vez que hayas completado esa etapa y, que ya no requieren la procreación, ustedes aprenderán que el éxtasis puede ser infinitamente más intenso que la que ofrece cualquier cosa por sexo. El sexo, como arte de procreación, que tiene una recompensa similar al éxtasis, no es el punto.
Parte III‒Creo que comprendo. ¡Y me suena muy bien! Pero entonces… ¿Cómo es su participación directa en todo esto? ¿Acababas de encender la mecha que desencadenó el Big Bang y dio un paso atrás y miró? ¿O es que hay que plantar las semillas en forma apropiada en planetas fértiles? ¿Cómo funciona esto?‒ pregunté.
‒El primer nivel es insignificante, trata de la propia organización inteligente de la materia. Es la llegada de la química orgánica que constituye el precursor de la biología y las primitivas formas de vida en primer lugar. La química se desarrolló, sobre todo, en el espacio profundo, una vez que las estrellas habían creado suficiente de los elementos más pesados, y puramente como resultado de las operaciones de las leyes de la física y la química, que sus científicos ya han creado, y francamente está ampliamente entendido. Todo lo que hice fue establecer las condiciones iniciales que provocó el golpe y se convirtió esencialmente inactivo por casi 5 millones de años. Eso es el tiempo que tomó para que surgieran las primeras formas de vida. Eso los colocó a unos ocho billones de años por delante de todas las demás especies. La primera especie inteligente tienen 4,3 mil millones años delante de ustedes. Realmente muy avanzados. Ya puedo tener conversaciones significativas con ellos, incluso algunas muy profundas. Y por lo general las tenemos seguido. De hecho es como estamos tú y yo en estos momentos.
‒Entonces, ¿qué siguió?
‒No mantengo una vigilia constante en cada movimiento que hacen. No en el tipo de sentido que algunos de ustedes parecen creer. Digamos que mantengo una conciencia de lo que está pasando a nivel planetario. Me centro más en saltos evolutivos, observando si van en la dirección correcta.
‒¿Y si no lo están?
‒Nada. Por lo general.
‒¿Por lo general?
‒Usualmente, las especies que evolucionan en la dirección equivocada se matan o se extinguen por otras razones.
‒¿Usualmente?
‒Sí. Ha habido uno o dos casos de una especie que está equivocada y ha tenido el potencial de convertirse en dominante, a expensas de una especie más prometedora.
‒Déjame adivinar. Los dinosaurios en este planeta son un ejemplo. Demasiado éxito. Suprimieron el desarrollo de los mamíferos y no mostraban signos de desarrollo de la inteligencia. Así que usted diseñó una acción correctiva en la forma de un asteroide.
‒Muy perceptiva tu respuesta. Casi correcta. Ellos estaban mostrando signos de desarrollo de la inteligencia, incluso la cooperación. Estudia tu Velociraptores. Pero eran demasiado abusivos. Incapaces de desarrollar un “respeto” para otras formas de vida. Se necesitaba llevar a sus jóvenes para promover el desarrollo del apego emocional a los otros animales. Los reptiles de la Tierra no estaban construidos para eso. Los mamíferos que existían, como bien dices, no podían combatir contra tales depredadores poderosos. Aunque han llegado al punto donde podrían controlar y defenderse de los dinosaurios, pero eso sólo ha sido cierto los años recientes, porque sus predecesores no tuvieron oportunidad hace 65 millones de años, por lo que los dinosaurios tenían que irse. Eran, sin embargo, un sistema bien equilibrado con la ecología del planeta y nunca desarrolló la tecnología en millones de años, por lo que no se iban a matar a toda prisa ni a desarrollarse. Lamentablemente, tuve que intervenir.
‒¿Lamentablemente?
‒Ellos eran una forma de vida increíblemente exitosa y hermosa. Equilibrada, rica, diversa. Uno no destruye estas cosas sin el menor escrúpulo.
‒Pero en ese momento ¿cómo puede usted saber que las posibilidades surgen de las cenizas?
‒Yo no lo hice. Pero la probabilidad era muy alta.
‒¿Y desde entonces qué otros ajustes han sido responsables de nuestro desarrollo?
‒Ninguna en absoluto. Puedo configurar una alarma para la primera señal de actividad aérea artificial, como de costumbre. Leonardo se veía prometedor para aquellos tiempos, pero hasta que los hermanos Montgolfier hicieron realmente su trabajo, la actividad aérea empezó a verse interesante. Eso los registró como el nivel uno de inteligencia.
‒Si el signo es “actividad aérea”, ¿cómo identifica las especies de ‘aves’ tecnológicas?
‒De la misma manera. Inteligente volantes rara vez se hacen tecnólogos. Sin embargo, ellos tienden a convertirse en vez de los adaptadores en manipuladores. Visto de otra forma, éstas raras especies desarrollan máquinas voladoras más rápidamente que las especies no voladoras, como la suya, porque tienen una comprensión natural de la aerodinámica, una ventaja para diseñar y construir.
‒Pero, ¿por qué un ave necesita una máquina voladora?
‒Eso es como preguntar: ¿por qué tu especie necesita coches y otras formas de transporte mecánico si tienen pies? La tecnología le permite llevar cargas más pesadas, más rápido y a distancias mayores, obviamente sus capacidades físicas no lo permiten.
Parte 4‒Bien… Entonces ¿qué pasa con nuestros más famosos “profetas”, Jesús de Nazaret, Moisés, Mahoma…‒ pregunté.
‒Hmmm… Tristemente malinterpretados, me temo. No estoy aquí para actuar como un ser que dé seguridad o ética para la evolución de las especies, no soy un dictador de especies. Es cierto que cualquier persona es capaz de comunicarse con sus propias células, pero ustedes apenas perciben una conexión hacia a mí, y por tanto todos los demás objetos en el universo: desde la materia cuántica hasta galaxias. Pero la interpretación de esa visión se ve como representación de algo sobrenatural y que exige obediencia, eso es algo que no es del todo correcto. Por ejemplo, sus seguidores, son todos un poco obsesivos y religiosos para mi gusto. No es divertido ser adorado una vez que dejas de ser un adolescente. Dicho esto, no es en absoluto inusual para el desarrollo de las especies que pasen por esa fase. Hasta que comiencen a comprender que también pueden dar forma a su pequeño rincón del universo. Eventualmente, comprenderán y podrán percibir la responsabilidad de la creación de la totalidad de este universo. Eventualmente, si quieren tener alguna esperanza de alcanzar el nivel dos, deben crecer fuera de él y empezar a aceptar su propio poder y potencial. Es muy parecido a una relación del niño con sus padres. El temor y la adoración deben desaparecer antes que el niño se convierta en un adulto. El respeto no es tan malo, siempre y cuando no sea exagerado. Y ciertamente respeto a todas las especies que han llegado lejos. Es un golpe duro. Lo sé. He estado allí.
‒Así pues, usted ha estado tomando más interés en nosotros desde los Montgolfier, ¿cuándo fue eso? ¿1650?
‒Cerca. 1783.
‒Bueno, si usted nos ha estado siguiendo muy de cerca desde entonces, lo que su ciudadano medio va a querer saber es por qué no ha intervenido con más frecuencia. ¿Por qué, si usted tiene el poder y la omnisciencia que conlleva el ser un dios, se ha sentado atrás y nos ha permitido soportar tanto sufrimiento y miseria humana en los últimos siglos?
‒Parece ser necesario.
‒¿¡ES NECESARIO?!
‒Sin excepción, las especies inteligentes que han dominado su planeta se vuelven los depredadores más eficientes. Hay muchas especies inteligentes que no evolucionan para dominar su planeta. Al igual que su delfines y la mayoría de los volantes inteligentes, de los que estábamos hablando, se adaptan perfectamente al medio ambiente en lugar de tomar su curso, que consiste en manipular el medio ambiente. Desafortunadamente para el delfín, el suyo es un callejón sin salida. Ellos pueden sobrevivir sin la raza humana, pero nunca dejarán los límites del planeta Tierra, sin mencionar a su sistema solar, al menos no sin su ayuda. Sólo aquellos que pueden manipular el mundo en que viven pueden esperar un día para dejarlo y esparcir su semilla por todo el universo.
>A diferencia de los adaptadores, que aprenden el punto de la cooperación bastante pronto, los manipuladores deben batallar. Y, una vez que todas las especies menores se han superado, se vuelven tan competitivas y depredadoras que se ven obligados a replegarse sobre sí mismos. Esto casi siempre se convierte en la competencia tribales en una u otra forma, obviamente se vuelven más y más destructivas; exactamente como su propia historia. Sin embargo, esta competencia es fundamental para promover el salto de lo biológico a la evolución tecnológica. Ustedes necesitan una carrera de armamentos con el fin de avanzar.
>Ustedes desean dominar los combustibles en búsqueda de un conocimiento que los adaptadores nunca adquieren. Y a pesar de su deseo inicial de los conocimientos, estos son egoístas y destructivos, por ello comienza el desarrollo de una autoconciencia intelectual, una forma de conciencia superior que nunca sale en ninguna otra especie menor de su propio planeta, ni aunque lo estén experimentando. Por ejemplo, ¿puede el adaptador inteligente, como sus delfines, expresar los conceptos de amor o la hora?
>La militarización y el desarrollo de armas de destrucción masiva son su primera prueba seria en el nivel uno. Ustedes aún no están en esta fase, aunque los signos que demuestran son prometedores. No tiene sentido alguno mi intervención para evitar su auto-destrucción. Su capacidad para sobrevivir a estos impulsos es una prueba crucial de su aptitud para sobrevivir etapas posteriores. Por ello no voy a intervenir, ni nunca lo haré, para evitar que una especie se destruya a sí misma. La mayoría, de hecho, hace justamente eso.
‒¿Y por qué tenemos que vivir a través de este tormento?
‒No puedo decir esto de ninguna manera que no suene cruel, desde luego, pero por ejemplo… hmm, ¿cuánto tiempo pasas preocupándote por las hormigas que atropellas con tu coche? Sé que suena terrible para ti, pero tienes que ver la imagen de forma más amplia. En esta etapa del desarrollo humano se están convirtiendo interesantes, pero no importantes todavía.
‒Ah, pero si dice así entonces no puedo tener una conversación inteligente con una hormiga.
‒Precisamente.
‒Hmm… Como usted sabe, la mayoría de los seres humanos no les gustaría intentar captar esa perspectiva. ¿Cómo se podría hacer más llamativa la idea?
‒¿Por qué habría de hacerlo? Ustedes no parecen tener ninguna dificultad para captarlo. No son de ninguna manera “únicos”. Y, en cualquier caso, una vez que comienzan a entender lo que está frente a ellos, ellos de alguna manera sufrirán menos. La vida eterna compensa para la mayoría de las cosas.
‒Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer para poder ser miembro de la intelectualidad universal?
‒Evolucionar. Sobrevivir.
‒Sí, ¿pero cómo?
‒Oh, pensé que ya podría entender el mensaje hasta este punto. “Cómo” depende de ustedes. Si tengo que ayudar, entonces significa que eres un fracaso. Todo lo que diré es eso. Ya han pasado un gran obstáculo para aprender a vivir con las armas nucleares. Y francamente es deprimente cómo muchos fallan en ese punto.
‒¿Hay peor por venir?
‒Mucho.
‒¿Guerra genética, por ejemplo?
‒Es una posibilidad real.
‒Y el problema es… que tenemos que desarrollar todas estas tecnologías, adquirir todos estos conocimientos peligrosos, para llegar al nivel dos. Pero entonces en cualquier momento el conocimiento también podría causar nuestra propia destrucción.
‒Si piensas que los peligros de la guerra genética son serios, imagina el descubrimiento de un algoritmo accesible a cualquier individuo inteligente que podría abusar de él, que en consecuencia eliminaría toda su especie al instante. Si su evolución sigue como está ahora, entonces ustedes podrán descubrir un mecanismo de auto-destrucción en menos de mil años. Su especie necesita crecer considerablemente antes de que pueda darse el lujo de hacer ese descubrimiento. Y si no lo hace, nunca dejará su Sistema Solar y no podrá unirse al resto de las especies sapientes del nivel dos.
‒Catorce Millones de ellos.
‒Un poco menos.
‒¿Habrá espacio para nosotros?
‒Es un lugar muy grande y las especies de nivel no necesitan mucho espacio.
‒ Y, por ahora, ¿cómo debemos referirnos a usted, siendo los simples mortales que explica?
‒Como un hermano o hermana mayor. Por supuesto que he adquirido más conocimientos y sabiduría de la que ustedes tienen. Por supuesto que soy más fuerte que ustedes. He ido evolucionando mucho más tiempo y he tomado un par de trucos en el camino. Pero no soy “mejor” que ustedes. Sólo estoy más desarrollado, justo lo que podrían llegar a ser.
‒¿Así que no estamos obligados a adorarlo ó a seguir sus reglas o algo así?
‒Por supuesto que no. Nunca emití una regla única en la vida de este universo. Tiene que encontrar su propio camino fuera del laberinto. Y una mejoría rápida es dejar de esperar que yo, o cualquier otra persona, les ayude a salir. Más bien consideren que es una guía, por lo que va el hábito de la vida.
>Hablando en serio, las especies que se aferran a la religión más allá de lo normal suelen ser más propensas a autodestruirse. Gastan la mayor parte de energía discutiendo acerca de mi verdadera naturaleza, e invierten mucho en sus emociones, que muchas veces son tan salvajemente erróneas que crean imágenes extrañas de mí y acaban matándose unos a otros por diferencias en las definiciones de algo que claramente no tienen ni idea de lo que es. Es un comportamiento absurdo, pero al menos sirve para eliminar a los débiles.
Parte V‒¿Por qué yo? ¿Por qué escoger a un ateo de toda la gente? ¿Por qué me dices todo esto? ¿Y por qué ahora?‒ pregunté.
‒¿Por qué usted? Porque puedes aceptar mi existencia sin que tu ego se desmorone como si le dijeran a un niño travieso que algo está mal. ¿Puedes imaginar seriamente como el Papa reaccionaría ante la realidad de mi existencia? Si él realmente supiera lo mal que él y su iglesia han sido, cómo gran parte del dolor y el sufrimiento que has mencionado anteriormente, y que ha sido causada por su religión. O puedes imaginar lo que sería si me aparezco “en vivo” de manera simultánea en media docena de propagandas evangelistas que se presenta en tele. Pat Robertson se mojaría los pantalones cuando comprendiera con quien estaría hablando.
>Por el contrario, tu interés es puramente académico. Nunca se ha tragado un cuento de hadas, pero ha permanecido abierto a la posibilidad de una forma de vida más avanzada que podría adquirir poderes divinos. Usted ha adivinado correctamente que la divinidad es el destino de la vida. La fe, dicen, mueve montañas, pero la voluntad las crea y las destruye. Ya has demostrado que puedes y debes hacer frente a este concepto que hemos platicado. Parecía razonable que confirmaría sus sospechas y le permitiría hacer lo que quisieras con esta información.
>Veo que ya está pensando en publicar esta conversación en la web donde se puede sembrar una semilla importante. Podría tomar un par de cientos de años para germinar, pero, finalmente, se germinaría.
>“¿Y por qué ahora?”, te preguntas. Bueno, en parte debido a que tanto tú y la web están listos ahora. Pero sobre todo porque la raza humana está alcanzando una fase crítica. Se remonta a lo que decíamos sobre los peligros del conocimiento. Esencialmente su especie está tomando conciencia de ese peligro. Cuando eso sucede con cualquier especie sapiente, el futuro puede tomar tres cursos.
>Muchos sienten la tentación de evitar el peligro, evitando el conocimiento. Al igual que los adaptadores, están condenados a la extinción. A menudo, sucede en los confines de su propio planeta, hasta que su voluntad de su vivir termina, o su sol se vuelve una gigante roja y se consume todo lo cercano. O un gran número de especies van a ciegas adquiriendo los conocimientos y no aprenden a frenar su abuso. Su destino está sellado un poco más rápido, por supuesto. Entonces es cuando la caja de Pandora los golpea en la cara.
>Los únicos que alcancen el nivel dos son aquellos que aprenden a aceptar y vivir con sus conocimientos más peligrosos. Cada uno de tal especie finalmente debe llegar a ser capaz de destruir toda su especie en cualquier momento. Sin embargo, ellos deben aprender a controlarse en la medida en que pueden sobrevivir, incluso con esa visión tan mortal. Y, francamente, son los únicos que realmente queremos ver salir de sus sistemas solares. Las especies que no han logrado la madurez no se les puede permitir que infecten el resto del universo, pero por suerte, estos casos nunca han requerido mi intervención. El conocimiento siempre hace el trabajo.
‒¿Por qué no puede haber una cuarta opción: la investigación selectiva en el que se evita la investigación de las vías peligrosas?
‒Casi no hay conocimiento que es completamente ‘seguro’. Como se puede ver desde su propia y limitada historia, la ideas más útiles son también, casi siempre, las más peligrosas. Ustedes tienen todavía, por ejemplo, que lograr los excedentes de energía pertinentes, para así completar esta fase de su desarrollo social. Cuando ustedes hayan dominado la tecnología correspondiente, se encargarán de eliminar las desigualdades materiales y la pobreza en una generación o dos, un paso absolutamente vital para cualquier especie de maduración. Sus caminos potenciales para esta bonanza incluye el control de la fusión nuclear, que sólo se comenzó a explorar en el contexto del potencial de las armas de extinción en masa, o la nano-ingeniería para obtener energía mediante la energía solar, o el ciclismo de hidrógeno. Y ya sus científicos líderes militares están buscando la manera de desarrollar armas peligrosas igualmente basadas en la tecnología que mencioné. Y las encontrarán. Puede que ustedes no podrán sobrevivir.
>Del mismo modo, en breve serán capaces de vencer enfermedades biológicas e incluso modificarse genéticamente para no tener errores en su genoma. Su esperanza de vida biológica se doblará o triplicará en los próximos cien años y su expectativa de vida digital será potencialmente infinita en el mismo plazo, si es que sobreviven a la amenaza potencial que ofrece la misma tecnología que forma bombas de tiempo genéticas, la construcción de virus y las otras maravillas de la guerra digital y genética. Ustedes simplemente no pueden tener los beneficios sin asumir los riesgos.
‒No estoy seguro de entender mi parte en este universo. ¿Publicaré esta conversación en la web y todo estará bien?
‒No necesariamente. No es tan fácil, me temo. Para empezar, ¿quién iba a tomar esto en serio? Sólo será visto como un trabajo medianamente divertido de la ficción. De hecho, tus palabras y la mayor parte de tu trabajo no serán entendidas o apreciadas, no hasta que un estudioso de los suyos, más avanzado en el entendimiento, desarrolle las ideas que son difíciles de expresar y las explique a los menos competentes. Hasta entonces algunas de estas ideas se publicarán en masa y se abandonarán en sus archivos como un ensayo. Pero van a encontrar este trabajo y será un golpe por su exactitud. Usted no va a dar la talla de un Einstein, pero puede volverse algo así como un a Juan el Bautista.
>Esta pieza no tendrá importancia alguna si la humanidad no hace ciertos avances clave en el próximo par de siglos. Y esto no le ayudará a tomar esos avances. Lo que hará es ayudarle a reconocerlos.
‒¿Puedo preguntar qué avances pueden ser?
‒Creo que ustedes saben. Pero sí, aunque ustedes están en el nivel uno, hay varias fases distintas de la evolución por las que pasan las especies a través de su camino al nivel dos. La primera, como hemos discutido, es la invención de la máquina de volar. La fase siguiente es el significativo desarrollo de la máquina de pensar.
>A su ritmo actual de progreso, se encuentran dentro de algunas décadas de alcanzar ese objetivo. Marca su primer paso en el camino de la evolución tecnológica. Mapeo del genoma humano es otro punto de referencia clásica, sino que simplemente el mapeo es como ver el código compilado en un DOS ejecutable, explicándote esto como un ejemplo, siendo tú un programador. No tiene sentido de desorden justo, aunque con un poco de “hacking” aquí y allá, correctamente pueden deducir la función de ciertos tramos del código.
>Lo que realmente necesita hacer es “ingeniería inversa”: el ADN de código. Ustedes tienen que averiguar la gramática y la sintaxis de la lengua. A continuación, comenzarán la tarea de diseñarse a sí mismos biológica y digitalmente. Pero esta tarea requiere la máquina de pensar.
Parte VI‒Usted dice que evita la intervención. ¿Pero esto en sí no constituye una intervención-conversación, aunque la gente viva lo ignore completamente?‒ pregunté.
‒Sí. Pero es hasta donde yo esté dispuesto a ir. El único propósito es para confirmar, si lo encuentran, que están en el camino correcto. Todavía depende de ustedes navegar por los peligros en el camino y más allá.
‒Pero, ¿por qué tomarse tanto la molestia? Seguramente es sólo otro obstáculo de la evolución. Estamos ya sea suficientemente en forma o no…
‒En muchos sentidos, para una especie la transición de información es la etapa más traumática en su evolución. Inteligencias biológicas tienen un sentido profundamente arraigado sobre la conciencia, únicamente lo conciben por medio de un cerebro orgánico. Ponerse de acuerdo con la constatación de que ustedes hayan creado su sucesor, no sólo en el sentido de la madre y el niño, sino en el sentido colectivo de la especie, se reconoce que ha quedado sin objeto; este cambio de paradigma es, para muchas especies, un cambio demasiado lejano. Ellos se resisten al desafío y huyen de este nuevo conocimiento. Fallan y se extinguen. Sin embargo, no hay nada fundamentalmente malo con ellos: es un fracaso de la imaginación.
>Espero que puedan comprender, a través de este concepto, que yo soy un producto de esta evolución, puede darles la confianza para intentarlo. He discutido esto con especies de nivel dos y ha provocado que este pequeño encuentro hiciera capaz de aumentar los contendientes para el nivel dos, sin tener que atravesar por aquellos rasgos dañinos. Se ha probado en 312 casos. El resultado está todavía fuera de sus beneficios reales, a pesar de que ha producido un aumento del 12% en las especies biológicas hacia su transición como especies de la información.
‒Bueno, ¿y qué si todo el mundo pronto lo toma en serio y se cree cada palabra que escribo? ¿No que constituiría una intervención un tanto más drástica?
‒Confía en mí. Ellos no lo harán.
‒Y por si se da el caso, que otro asteroide casualmente se dirija en nuestra dirección, ¿entonces usted no hará algo para impedirlo?
‒Estoy seguro de que pasarán la prueba. Y ahora mi amigo, la entrevista ha terminado, me han pedido un número de las preguntas correctas y he dicho lo que he venido a decir, así que me iré ahora. Ha sido muy bonito conocerte, usted es muy brillante, ¡para ser una hormiga!‒ y me guiñó un ojo.
‒Sólo una pregunta trivial final‒ me apresuré a decir, ‒¿por qué se me aparece en la forma de hombre blanco promedio de unos treinta años?
‒¿Te he intimidado o amenazado?
‒No.
‒¿Me encuentras sexualmente atractivo?
‒¡No!
‒Por lo tanto, averígualo por ti mismo…
ɑ-ʊ
Fuente:
Hazme el Chingado Favor
http://hazmeelchingadofavor.com/index.php/2010/08/31/hablando-con-dios-parte-i/
http://hazmeelchingadofavor.com/index.php/2010/09/02/hablando-con-dios-%E2%80%93-parte-ii/
http://hazmeelchingadofavor.com/index.php/2010/09/06/hablando-con-dios-%E2%80%93-parte-iii-y-iv/
http://hazmeelchingadofavor.com/index.php/2010/09/07/hablando-con-dios-%E2%80%93-parte-v-y-vi/#more-17440
Cortesía de Jesús O.
http://www.fullmoon.nu/articles/art.php?id=tal