Según la primera Encuesta Nacional de Exclusión, Intolerancia y Violencia en escuelas públicas de educación media superior, aplicada por el Instituto Nacional de Salud Pública en 2007: MAS DE LA MITAD DE LOS JÓVENES EN MÉXICO, MUESTRAN UN ALTO GRADO DE INTOLERANCIA.
Un dato que nos pone a temblar sabiendo que la intolerancia puede derivar en violencia.
Segun la encuesta Nacional sobre Discriminación (Conapred 2005): Una de cada tres personas que pertenecen a una minoría o que tenían una preferencia sexual o religiosa distinta o tienen alguna forma de discapacidad o malformación se ha sentido discriminado. 42 de cada 100 homosexuales en México han sufrido algún acto de discriminación.
En la Encuesta Nacional de la Juventud, (2005): Los adolescentes admiten sentirse discriminados por su forma de ser, vestir, sentir y expresarse.
Hoy en nuestro país se ha desatado la intolerancia entre los grupos con estilos diferentes… lo que realmente es increíble, se da cuando esos mismos grupos, que antes sufrían los efectos de la discriminación, ahora actúan de la misma forma con quienes buscan exactamente lo mismo que ellos en un principio…
¿Qué discriminan los jóvenes en México?
¿De donde nos viene lo intolerantes?
México vive una tradición de actos de intolerancia de la que difícilmente se ha podido desprender, hemos sido y somos víctimas de la intolerancia pero incongruentemente, no luchamos contra ella, sino que a la vez, actuamos de forma intolerante con otros. Ni siquiera hemos sido capaces de reconocerlo.
Nos creemos tolerantes ante la diversidad, difícilmente alguien se autonombra abiertamente racista, xenófobo, misógino, etc.
No obstante, la incomprensión y lo que aprendemos en la casa, escuela, calle, cine, televisión, etc. nos crea estereotipos.
Estos estereotipos, no son más que imágenes preconcebidas muchas veces erróneas, que compartimos socialmente y que tenemos de aquellas personas cuyo sexo, raza, ideas y cultura no entendemos por ser diferente a las nuestras.
Desde niños/as, muchas veces siguiendo lo que escuchamos de nuestros padres, mayores, amigos, etc. nos hacemos sumamente crueles con quienes son diferentes a nosotros/as, sea porque su físico, usan algún artefacto ortopédico, son indígenas, son pobres, tienen otra religión o por mil cosas más que no son sino argumentos sin razón y que solo dan un motivo estúpido para discriminar a los demás…
Parece que no nos damos cuenta que nosotros mismos somos diferentes ante los demás, que si algo nos molesta de ellos, es muy probable que algo de nosotros les molesta a los demás… Que si nosotros nos creemos “normales” y vemos distintos o raros a los demás, ellos nos ven igual de raros para lo que ellos consideran normal o correcto…
Querámoslo o no entender ESTAMOS TODOS EN LA MISMA POSICIÓN… entonces… ¿Que peleamos?...
¿En donde se origina el conflicto?
Simple, de los terribles sentimientos que se desencadenan en los intolerantes frente a no más que lo que es desconocido y que no entienden.
Quien es intolerante sufre de espantosas penas de Frustración, Miedo, Angustia, Rechazo, Incomodidad, Ansia, Malestar, Tensión y muchas más que lo hacen vivir en la zozobra, la inquietud, la ansiedad y la intranquilidad.
Desgraciadamente, la mejor arma que da la ignorancia es sin duda, atacar, burlarse, causar daño a quienes creen erróneamente que están en nuestra contra por el simple hecho de no ser igual a ellos o ellas. A veces, esa intolerancia, deriva en violencia y la violencia suele terminar en tragedia y en mayores odios generando más violencia…
¿Qué te importa?
¿Suena fuerte no? Pero lo mismo le dirías a quien se mete en tu vida ¿no?
Entonces ¿Qué te importa a ti si aquel o aquella se quieren vestir así?, ¿Qué te importa si le gusta algo o quiere vivir su vida como le place sin por ello verdaderamente afectar la tuya?
Por el simple hecho de que a algunos no les plazca como son otros, no van a crear su propio mundo, los jóvenes necesitamos aprender a convivir, a entender a los demás. Todos tenemos derecho a vivir en paz.
Rechazar lo diferente lo único que hace es hacerte la vida de cuadritos…
El primer paso para romper este proceso es conocer a las personas que consideramos “distintas”, ponernos en sus zapatos, descubrir que como hay gente diferente a nosotros, cómo nosotros mismos resultamos diferentes para otra gente, que tenemos sí, el derecho de ser como nos place, pero también la obligación de respetar el mismo derecho en los demás, si es que no queremos perder el nuestro.
No rechacemos a quien es racista o al xenófobo,
No rechacemos a quien padece la homofobia y estigmatiza,
No rechacemos a quienes creen que solo su religión es la verdadera,
No a quienes sufren porque hay quien piensa distinto,
No rechacemos a quien padece por ser machista, misógino o sexista,
No rechacemos a los intolerantes…
mejor... ayudémosle a cada uno y a cada una a entender.
No rechacemos a quien padece la homofobia y estigmatiza,
No rechacemos a quienes creen que solo su religión es la verdadera,
No a quienes sufren porque hay quien piensa distinto,
No rechacemos a quien padece por ser machista, misógino o sexista,
No rechacemos a los intolerantes…
mejor... ayudémosle a cada uno y a cada una a entender.
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